lunes, 19 de noviembre de 2007

Renacer o morir

Lo que empezó siendo un mal día se convirtió en una mala semana y ahora es un mes pésimo. No consigo levantar cabeza, tengo el ánimo por los suelos, y de ahí que no aparezca mucho por aquí...

No entiendo el por qué de todo esto, los malos días pasan siempre, soy la primera que intenta ser optimista, que intenta animar a los demás, que intenta tener buenas palabras para todos, pero la verdad es que cuando se trata de ser crítica conmigo misma, soy mi peor enemiga. Y lo peor de todo es que soy cosciente de eso. Estoy entrando en un camino que no tiene retorno. El mal día se convirtió en una semana, la semana en dos, en tres, en un mes, y al final el resultado será un mal examen, por no haber sido capaz de tomar otra dirección en ese camino, de dar la vuelta y empezar de nuevo, de tomar un atajo, de buscar compañía para hacer más llevadero el paseo...

Esto tiene que tener un punto y aparte. Tengo, como dice el título de este post, que renacer o morir. O renacer como el ave fenix, de sus propias cenizas, o morir, y tener narices para tirar esas cenizas a la basura, pero esta autocompasión no me gusta nada, porque cada vez me hace sentir peor, y lo que es un mes horrible se convertirá en un fin de año aún peor, y debería intentar al menos empezar el año con buen pie.

Pero no tengo muchas ganas de nada. Como se suele decir todo me da igual. Pasa un día, y otro, y otro, y no me importa. Estoy bloqueada. Estoy en off. Y ese es el dilema, renacer o morir, renacer o morir...