Insomnio

Una de la mañana. Se ha acabado el sábado y empieza el domingo. Estoy sola, porque con el agobio del test, mi chico se ha ido a Granada y yo en un ataque de responsabilidad he decidido quedarme estudiando. Y estoy totalmente desvelada. ya debería estar durmiendo y soñando con los angelitos, porque mañana a este paso va a madrugar Rita, pero auí estoy. Después de tanto tiempo...

Estoy deseando que llegue el test, porque esta vez prepararlo me está matando. Estoy siempre cansadísima pero sin embargo hace semanas que no consigo dormir profundamente. Deambulo todos los días entre artículos y apuntes y sigo teniendo la sensación de perder el tiempo. Cada año que tengo que enfrentarme nuevamente al test se me cae el mundo encima, año tras año, se repite el mal trago de pensar que pasará si esta vez no consigo pasarlo, después de tanto y tanto esfuerzo invertido en esta oposición. Me asaltan las crisis existenciales tan comunes en los momentos de bajón. Y confío en que la sensación de no avanzar desaparezca al día siguiente. Y así van pasando los meses. Espero pasar el puñetero examen y retomar mi ritmo de estudio habitual. Porque si algo he aprendido en este tiempo es que la rutina es la mejor compañera que puedes tener. Rutina y constancia. Procurando que no absorban tu vida entera.

Estoy en el intento. Y tengo toda la seguridad de que lo conseguiré. Porque todavía no me he rendido.