viernes, 5 de octubre de 2007

Otro día que se va



Tengo la misma sensación de agobio que cuando preparaba el test, o incluso más, porque los días se pasan todavía más rápido. Todavía me queda para examinarme del primer oral, calculando a tontas y locas, que es de la única manera que podemos hacerlo, creo que puedo afirmar con bastante seguridad que será después de navidades. Pero la sensación es que estoy a punto de examinarme. Me quedan muchos temas, muchos artículos que fijar en mi cabeza, demasiados esquemas que recordar, miles de repasos, y los días se van y no vuelven, y es uno más que tenemos que tachar en el calendario. Tengo que intentar no tener este estrés, porque si no me va a matar. Estoy agotada físicamente, me duelen todos los huesos, los ojos se me van a escapar de las órbitas, mis músculos no me responden, ayyyyns, que cansadísima que estoy. Pero estoy mucho más agotada mentalmente, porque me exijo más de lo que puedo, estoy muchísimo más pendiente de cumplir horarios, ritmos, temas, que de cualquier otra cosa en el mundo. Y el tiempo que no estoy estudiando no me sirve de nada, no consigo relajarme, entre sueños repaso mentalmente los esquemas, me invento lo que no me acuerdo, me despierto con pesadillas horrorosas, necesito un respiro, y lo peor es que no me lo voy a poder tomar hasta que me examine.

Me imagino que esto es solo un ciclo, y que dentro de unos días me dará una histeria de euforia y pensaré que la cosa marcha cada vez mejor y que me voy a comer el mundo, y que todo lo malo habrá pasado y que estoy en el buen camino y que todo me va a salir genial. A ver si ese ciclo llega ya, porque LO NECESITO.

Todos estos días son tremendamente aburridos, madrugo, me pongo a estudiar, paro para desayunar en un plis, sigo estudiando, preparo la comida, descanso una horita o así, y me pongo de nuevo, hasta que llega la hora de cenar, veo la tv un rato y a la cama, no descanso nada, duermo mal y madrugo, me pongo a estudiar, y así un día tras otro. Hoy es viernes, he mandado a mi niño a Granada a hacer unos encargos, y mañana será un día calcado a este. El domingo se me queda en nada, porque enseguida llega el lunes y volvemos a empezar. Pero es lo que toca. Tengo que ser consciente de que todo el tiempo que no aproveche es tiempo perdido. Un esfuerzo de unos cuantos meses no será nada si luego las cosas salen bien. Merece la pena. Así que después de este pequeño desahogo, me voy a dormir, que mañana toca madrugar...

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