Optimismo desbordante

Ahora mismo estoy feliz. He superado el test con un buen resultado y eso me da bastante confianza, la verdad, es como si hubiera dado un paso adelante en este largo camino, tranquila pero segura, como se suele decir.

Tengo las pilas recargadas y he retomado el estudio con mucha energía. Todavía no tengo el ritmo que me gustaría pero aun así estoy satisfecha, porque se que lo iré aumentando poco a poco si mantengo estas fuerzas y este estado de ánimo que tanto me gusta.

Lo único que me preocupa un poco es que no se cuando me examinaré del oral, y me gustaria que no fuera de las primeras, porque este año lo estoy dando todo y me merecería un poco de suerte con la distribución de los tribunales. Desde aquí se la pido a quien me la pueda mandar. Del esfuerzo y sacrificio ya me encargo yo, que ahora mismo puedo con todo. Y lo dice quien sabe lo que es estar estudiando toda la semana, incluidos los que antes eran sagrados sábados y domingos, sin distinguir las estaciones del año, con frío que pela, con el calor como el de esta noche (que no te deja dormir, y que es por lo que estoy aquí), dejando pasar fiestas, celebraciones, ratos de charla con amigos, copichuelas y bailes, vacaciones y festivos en general. Y lo digo, por las horas que son ya, un 12 de julio, con mi niño y amigos de cervezas en una terraza en la ciudad vecina mientras yo trato de lidiar con el calor, tratando de dormirme pronto para mañana madrugar y retomar la faena.

Y lo haré con gusto, porque me siento feliz y con fuerzas.