jueves, 28 de agosto de 2008

Mi media naranja


En el colegio empecé mi "colección" de frases para recordar, de esas de amor y cursilerías del tipo "Tu madre debe ser pastelera porque un bombón como tú no lo fabrica cualquiera". Una lástima no conservarlas porque nos echaríamos unas risas. Recuerdo una (retomando el título del post) algo así como "Busco mi media naranja. Y he llegado a la conclusión de que algún hijo de puta se ha hecho un zumo con ella". Que tremendista para estar en el cole y ser una niña, no? Con 10 años pensábamos que nunca encontraríamos a nuestra media naranja.

No se si todas las personas buscamos el amor. Supongo que no, hay a quienes se les llena la boca proclamando a los cuatro vientos lo bien que se está sólo y que no hace falta pareja para sentirse pleno y feliz. Y es posible que así sea. Pero a día de hoy me cuesta trabajo concebir la vida sin esa media naranja. Lo mismo si algún día “se hace zumo” (que Dios lo no quiera!!) me uno a los de ese bando. Pero por ahora soy de las que defienden el amor a capa y espada.

A lo que iba, a mi edad (que ya está más cerca de los 30 que de los 20, que depresión!) solo he tenido 2 “grandes amores”. El primero fue Jesús, un chico que conocí cuando me mudé al pueblo, y que solo se convirtió en algo más después de salir con otros del pueblo y ser mi paño de lágrimas y buen amigo tiempo antes. Empecé a salir con él cuando tenía 14 años. Y terminé con él cuando empecé con el actual. En total unos 7 años. Mucho tiempo y yo demasiado joven como para ser consciente de lo que hacía. Se que muchas parejas de mi entorno empezaron con esa edad y siguen juntos, algunos, felizmente casados; pero yo ya sabía que con Jesús no sería así. Lo sabía en los momentos de “crisis”, que no fueron pocos, cada vez lo que lo dejábamos y lo volvíamos a retomar, que tb fueron muchas. Yo me imaginaba independiente, en el sentido de vivir sola, y ahora con el tiempo y la distancia reconozco que eso era una señal clara de que lo que yo pensaba que sentía por él no era realmente así. No puedo negar que estando con él tanto tiempo pensaba que sería el definitivo y que no me hacía falta conocer a nadie más, a pesar de mis increíbles 14, 15, 16... 21 años.

Logicamente fue con él con quien perdí la virginidad, creo recordar con 15 años, y digo creo, porque realmente no me acuerdo. Todo el mundo recuerda su primera vez, casi siempre como un auténtico fracaso, pero yo por mucho que intentara recordarlo, no lo conseguiría. Recuerdo la situación, el dónde y esas cosas, pero no recuerdo como me sentí, no recuerdo si sentí nervios, si llegué al cielo, si me acurruqué después a su lado, no recuerdo lo importante, vamos, y eso me produce cierta tristeza, la verdad.

Supongo que la memoria es selectiva, y creo que es lo que le pasa a la mía con Jesús. Doy por supuesto que fui feliz con él y que me debió aportar muchas cosas. Lo doy por supuesto porque esa etapa de mi vida no fue traumática para mí y porque recuerdo muchísimas escenas, como si fuera una película, en las que fui inmensamente feliz, aunque él no aparezca de una manera definida a mi lado.

Los recuerdos más nítidos que me quedan son los de nuestra última fase. La del declive y la de la ruptura. Las cosas empezaron a empeorar cuando el se fue a estudiar a Canarias. Quería estudiar farmacia (chico listo, siendo su padre farmaceútico) y no tenía nota para entrar en Granada, así que cruzó el charco. No lo llevamos mal del todo. Pero las cosas empezaron a no funcionar. El conoció la independencia, en una ciudad distinta, sin padres, sin ataduras y con mucha fiesta. Me llamaba casi a diario y se supone que manteníamos una relación tan estable como siempre. Pero ahí se empezó a torcer todo. No se cuando fue exactamente ni cómo ni por qué. Pero a partir de ese momento empezamos a alagar una relación que ya estaba agonizando. No recuerdo tampoco cuanto tiempo estuvo fuera, creo que la cosa se alargó año y pico, de echo cuando lo dejamos el seguía allí. Mientras que él estuvo fuera a mi madre le detectaron cáncer, y cuando murió para mí fue el detonante. Yo ya empecé a cambiar mi carácter y mi forma de ser meses antes, y ahora pienso que quizá la causa fuera ésa, buscarme una válvula de escape a lo que no sabía como afrontar y que terminó como terminó. Como digo, algunos meses antes yo había comenzado a vivir una vida loca y desenfrenada, saliendo todos los fines de semana hasta las tantas de la mañana y siendo infiel sin ningún tipo de remordimientos. Teóricamente la única infiel fui yo, pero sinceramente ahora ni me importa. Salía, era infiel cuando me apetecía y volvía a mis llamadas de teléfono, cartas y demás con él. Fríamente, cualquiera me calificaría de auténtica cabrona, pero mi perspectiva es distinta. Mi relación estaba muerta desde hacía tiempo y yo solo iba llenando un vaso que estaba a punto de rebosar. Y justo rebosó cuando conocí a Javi, que fue quien me dio las fuerzas para romper con el inmenso miedo que tenía de quedarme sola si rompía con Jesús. Y egoístamente fue así, rompí con él porque quería estar con Javi. Pero de eso ya hablaré en otro momento más detenidamente.

Si trato de analizar, ahora que han pasado muchos años, como fue mi relación con Jesús, a la única conclusión que llego es que fue algo inevitable para llegar a ser como soy. Me produce cierta tristeza que mi sentimiento hacia él sea hoy tan neutro, oye, es que ni frío ni calor. Se que es buena persona y que fue importante en mi vida. Pero es un pasado tan lejano para mí que no me produce ningún sentimiento. Lo he vuelto a ver, incluso he estado sentada de cervezas a su lado, pero no me despierta nada de nada, lo que hubo no son ni cenizas, se murió del todo del todo, porque cuando a veces alguien me habla de él y trato de recordar, no recuerdo nada con ilusión y se que dejarlo fue la decisión mas acertada que pude tomar. Me gustaría recordar “el primer” amor con más cariño, pero no puedo. Y la culpa no es mía, es del tiempo, la distancia y el olvido, que arrasa con todo. Pero desde aquí le deseo lo mejor.

Y ahora debería hablar de mi media naranja, de Javi, pero este es un post demasiado largo ya, así que lo dejaré para otro día.

Besitos.

2 comentarios:

V dijo...

tesita guapísima, q manera de abrir tu corazón!!

me ha encantado el post-

a ver pa cuando Javi, q si Jesús ha dado tanto juego y es zumo...jeje

muuuaaa y ÁNIMO COSA GUAPA, q mas da estar cerca de los 30, yo si con 31,32,33..si lo consigo..q más da!!

Sixto dijo...

Que post tan sentío. Nunca había leído la frase de la media naranja. Comentaría algo más, pero no estoy para temas cardíacos, so riesgo de inundar tu blog con lágrimas de machote.

Tu historia con Javi huele a boda. Tachán tachán.