lunes, 18 de junio de 2007

Al final todo da vueltas

A nada del test, los días pasan más rápido de lo que deberían. Me faltan horas al día para todo lo que quiero hacer. Demasiados artículos, demasiados temas, demasiadas leyes, demasiadas fechas, demasiados plazos, demasiados detalles que recordar. No se como saldrá todo y eso me genera muchísima angustia. Ya se sabe que con el test no se acaba el mundo, y que si no se pasa, hay otros años para superarlo. Eso es lo que más te repites cuando estás empezando, pero cuando llevas ya un tiempo en esto, como yo, cada test no hace sino causarte más presión, sobre todo cuando por muchos años que pasen sigue siendo un reto. Se que tengo problemas con los test, los he tenido siempre, también en la carrera. No se cómo solucionarlo. Para mi la solución sería no tener que hacerlo más, pero no he tenido la suerte de pasar ningún oral. Y cuanto más preparada estoy, más agobio me causa pensar en la sola posibilidad de no pasar el test. Cada vez estoy más preparada para ser capaz de superar esta oposición, y lo único que espero es tener la oportunidad de poder demostrarlo en Madrid y ante personas, y que no midan mis conocimientos en 100 preguntas, que no solo estoy convencida de que es injusto, sino que además, ninguna materia, y menos las jurídicas, pueden ser valoradas con un examen de este tipo.

Estoy cansada de tener cambiar los hábitos de estudio, que tanto cuesta consolidar, las horas que pierdes en conseguir cantar un número de temas a la semana, el esfuerzo de estar un día tras otro ampliando la memoria... Siempre tengo que hacer un parón enorme y cambiar mi ritmo para dedicarme al test. Para dedicarme sólo a leer y tomar notas, sintiendo que pierdo el tiempo, cuando lo que quiero es abarcar de un plumazo algo que requiere el esfuerzo y la rutina que precisamente dejo aparcada. Un asco, vamos. Por eso al final del día, me siento agotada, de tantos folios, de tantos colores, de tanta angustia, de tanta cruz, de tanto test... acabo mareada, y todo me da vueltas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sí que es verdad que descoloca mucho cambiar el hábito de estudio. Yo no abandono del todo el cante (para no olvidarme...) jaja, ¡qué al igual nos vamos a olvidar de cantar!

Pero, la verdad, yo preferiría estudiar siempre así. Al menos en este modo entiendo lo que leo y relaciono y aprendo, no me limito a recitar como un papagayo haciendo asociaciones de palabras imposibles...

Ya queda un último empujón. Muchos ánimos Tesita. Saludos.